¿Sabía que en muchos países la siesta es una práctica cotidiana, sobre todo en los países asiáticos, mientras que en Francia a los que duermen la siesta les cuesta admitirlo por miedo a hacer sonreír a los que les rodean?

No te avergüences de echarte la siesta

La siesta es una necesidad fisiológica, de hecho después de comer, entre las 13 y las 15 horas nuestro cuerpo está menos activo y necesita un poco de descanso para recargar las pilas. Por eso todos experimentamos momentos de somnolencia a primera hora de la tarde, la sensación de que podríamos quedarnos dormidos delante de la pantalla o en una reunión

Así que no te avergüences y échate una siesta, tendrás un día mejor. Pero para que sea eficaz, la siesta debe ser breve, no más de 20 minutos, para que puedas volver fácilmente a tus actividades sin estar totalmente desconectado.

Los distintos tipos de siesta

- La micro-siesta: de 1 a 5 minutos de duración, es la siesta ideal cuando se está trabajando. Esta siesta puede hacerse sentado en el coche o en una silla de oficina.

- La siesta corta: entre 10 y 20 minutos, perfecta para recuperar el estado de alerta y la energía sin provocar trastornos del sueño durante la noche, para ello, túmbate con una pequeña almohada bajo la cabeza.

- La siesta larga: entre 1h y 1h30, es una siesta que hay que reservar para el fin de semana y para compensar una noche demasiado corta.

En cualquier caso, pon un despertador o un teléfono que suene para asegurarte de que te despiertas a la hora adecuada y poder relajarte del todo.

La siesta y sus múltiples beneficios

- Mejora el estado de alerta y la concentración, recarga energía y mejora el estado de ánimo

- Aumenta la memorización (bueno saberlo para los estudiantes...)

- Regula la tensión arterial y protege el sistema cardiovascular

- Ayuda a relajarse y a reducir el estrés

Así que si has adquirido el hábito de dormir la siesta durante las vacaciones, ¡mantén el hábito cuando vuelvas a la escuela para mantenerte en forma!