Desde que nacen, los bebés están acostumbrados a dormir en un saco de dormir calentito, un saco acolchado que garantiza un sueño 100% seguro sin riesgo de hundirse en el edredón o la manta. Pero con la llegada del verano, las temperaturas suben rápidamente, causando problemas de sueño a jóvenes y mayores. Quizá sea hora de poner al bebé en un saco de dormir de verano

Un saco de dormir ligero para el verano

El saco de dormir de verano es un saco de dormir especialmente diseñado para la temporada estival y para temperaturas superiores a 22 °C. Permite que el bebé se sienta seguro porque está cubierto (la mayoría de los niños no soportan dormir con un body sin nada puesto). Su diseño ligero, confeccionado en su mayor parte con muselina de algodón, permite cubrir al niño sin añadirle calor. Para las noches más calurosas, es aconsejable quitar el pijama y el body y que el bebé duerma con pañal en su saco de dormir de verano.

Un saco de dormir de algodón orgánico

Los sacos de dormir de verano más cómodos están hechos de algodón orgánico, más suave para la delicada piel del bebé y más respetuoso con el medio ambiente. En un saco de dormir de algodón orgánico, el aire circula perfectamente y la humedad se evacua con facilidad, aunque el niño sude mucho mientras duerme. Esto significa que tu bebé se despierta perfectamente seco y duerme mejor sin despertarse.

Para que tu hijo duerma bien, elige siempre materiales naturales para todos los elementos de la cama: colchón natural desenfundable y sin tratamiento químico, ropa de cama de algodón ecológico y un saco de dormir adaptado a la estación. En verano, no dudes en dejar abierta la ventana del dormitorio (con las contraventanas cerradas, el bebé estará a salvo), deja las contraventanas cerradas durante el día y ventila la habitación cuando se ponga el sol.