Elizabeth Pantley, una entrenadora de padres canadiense, ha desarrollado un método y unos consejos para ayudar a los bebés a dormir. Este método se basa en la observación de los ritmos biológicos del niño. Este método ha sido adoptado por muchos padres anglosajones y empieza a ganar adeptos en Francia. Se divide en varias fases:

1- La fase de observación

Consiste en observar a tu bebé mientras duerme y anotar la posición en la que se duerme, si llora justo antes, si se chupa el dedo o el chupete, si necesita su peluche, cuándo se despierta durante la noche... En definitiva, observar todos sus pequeños hábitos.

2- El horario de sueño

Tras estas observaciones, el método aconseja establecer un horario de sueño acorde con los ritmos biológicos observados: siesta, comida, baño, una especie de guía para acostarse pero adaptada personalmente a cada bebé. Este calendario debe aplicarse durante varios meses y, a la larga, facilitará el sueño.

3- El ritual de la hora de acostarse

El método aconseja establecer un ritual a la hora de acostarse, introduciendo rituales tranquilizadores para tranquilizar al bebé. Este ritual puede consistir en escuchar música relajante, una canción, un cuento (¡con final feliz!), un abrazo. La repetición de estos gestos noche tras noche, siempre en el mismo orden, permite que los niños pequeños dejen de temer la hora de acostarse.

4- No alimentar justo antes de acostarse

El método Pantley también recomienda que los niños no tomen el pecho justo antes de irse a dormir. Consiste en evitar que el niño se duerma al pecho o con un chupete. En efecto, si el niño se duerme sistemáticamente con la manta o el chupete en la boca, tenderá a despertarse durante la noche en cuanto no tenga nada en la boca. Por ello, el método recomienda retirar el chupete justo antes de que el niño se duerma y cerrarle suavemente la boca.

Un método basado en el sentido común y en escuchar a tu hijo