El miedo a la oscuridad suele aparecer alrededor de los 18 meses. A esta edad, la imaginación de los niños no tiene límites y empiezan a imaginar monstruos debajo de la cama o en el armario y ya no pueden dormir. También pueden despertarse por la noche y ver sombras de juguetes y peluches que parecen aterradoras

Entonces, ¿cómo puede tranquilizar a su hijo cuando tiene miedo a la oscuridad?

Evitar la oscuridad total y la luz plena

En este caso concreto, no tiene sentido encerrar a tu hijo en una habitación oscura si la oscuridad le aterra... Al contrario, deja la puerta abierta y la luz del pasillo encendida, o cómprale una lámpara de noche que difunda una luz suave. Algunos modelos están programados para apagarse después de 30 minutos, de modo que acompañan al niño durante la fase de sueño y luego se apagan automáticamente.
No te excedas y acostumbres a tu hijo a dormir con la luz encendida, lo que podría afectar a la calidad de su sueño.

Haz del dormitorio un capullo tranquilizador

No hay nada más austero que irse a la cama en una habitación desordenada y mal decorada. En la oscuridad, los objetos amontonados en el suelo se convierten rápidamente en temibles monstruos Por eso, para tranquilizar a tu hijo, asegúrate de que todo esté ordenado y guardado en su sitio, con la ropa en el armario y los juguetes en un arcón. En cuanto a la decoración, elige bien los marcos que quieres colgar en la pared, ya que algunos motivos pueden cambiar en la oscuridad. Para que los niños estén lo más tranquilos posible, elige un saco de dormir o una funda nórdica de colores suaves para crear un capullo tranquilizador en el que querrán refugiarse.

Hablar con el niño y escuchar sus temores

En lugar de decir "no tienes motivos para tener miedo", anima a tu hijo a expresarse y a hablar de lo que le da miedo. Si te dicen que hay monstruos en el armario, entra en él con ellos, abre todas las puertas con ellos y demuéstrales que no hay monstruos. Mira bajo su cama con él y demuéstrale que no hay bestias feroces ni brujas También puedes pasear por la casa o el piso con tu hijo para enseñarle que de noche todo es igual que de día, ¡pero sin luces! Y sobre todo, dile que estás cerca de él, que el salón y tu habitación no están lejos y que te quedas allí para tranquilizarle.

Ser positivo con su hijo

Evita los conflictos por la noche para que todos se duerman tranquilamente. Evita también las conversaciones conflictivas entre los padres, que pueden provocar un verdadero estrés en los niños, y un niño estresado será más propenso a imaginar cosas terroríficas que si está perfectamente tranquilo. En cuanto a la lectura nocturna, evita las historias de monstruos y brujas. Evita también las historias de niños pequeños abandonados en el bosque por sus padres en mitad de la noche... ¡Da preferencia a las historias felices y positivas!