Durante el período de otoño/invierno, algunos afortunados tendrán la oportunidad de ir a la montaña para hacer senderismo, raquetas de nieve, esquiar o simplemente para cambiar de ambiente, respirar un aire más limpio y admirar hermosos paisajes. Si este año el bebé forma parte de la aventura, hay que tomar algunas precauciones.

Viajar a la montaña con el bebé

Atrás quedaron los días en los que una pareja joven se iba de viaje con amigos y hacía las maletas a toda prisa. Ahora que el bebé está aquí hay que tener en cuenta varias cosas. en primer lugar, en la elección del destino, ya que antes de la edad de un año es preferible no llevar al bebé por encima de los 1700 metros, debido a la falta de oxígeno. Favorecer los complejos familiares en los que las instalaciones están diseñadas para acoger a los niños pequeños.

Antes de salir, compruebe que su hijo no tiene ningún problema ORL, ya que la altura puede agravar ciertos problemas auditivos, en cuyo caso pida consejo a su pediatra.cuando se viaja en coche, las variaciones de altitud pueden provocar dolor en los oídos del bebé. No tienen el reflejo de tragar, así que conduzca despacio, haga una pausa cada vez que gane 300 metros de altitud y déles de beber regularmente.

Cómo preparar la maleta de tu bebé para los deportes de invierno

Hacer la maleta del bebé puede ser un verdadero dolor de cabeza. Por supuesto, es aconsejable elegir ropa abrigada y cómoda, ya que, a diferencia de los adultos o los niños, que se calientan moviéndose, los bebés suelen quedarse quietos. Así que recuerde llevar un gorro, manoplas, calcetines calientes y un traje polar. No olvide llevar gafas de sol de buena calidad porque en la montaña, el reflejo del sol en la nieve puede dañar la retina. Por último, extiende la protección solar en cualquier parte sobresaliente de la piel de tu bebé

Pide a tu médico o pediatra una receta para poder tratar a tu bebé en caso de fiebre.

¿Qué actividades hay que favorecer en la montaña con el bebé?

Planifica paseos cortos, con un bebé es preferible dar varios paseos de media hora que una sola caminata larga para que no se quede fuera demasiado tiempo y no coja frío. Recuerda siempre que tu bebé se mueve mucho menos que tú y, por tanto, tiene menos oportunidades de entrar en calor. Asegúrate de que sus extremidades estén bien cubiertas.

Es mucho más práctico llevar al bebé en una mochila frontal que en un cochecito en la nieve Si mantienes a tu bebé cerca de ti, podrás vigilarlo fácilmente y también se beneficiará de tu calor corporal. No se recomienda la posición de espaldas, ya que no es adecuada para los niños pequeños y no permite vigilar al niño. Por último, no te olvides de darle de beber regularmente porque incluso en la montaña puedes deshidratarte rápidamente. ¡Que tengas unas buenas vacaciones!