Si tu bebé se altera a menudo a la hora de dormir, o si se despierta varias veces por la noche, puede merecer la pena iniciarle en los beneficios del masaje, una técnica relajante que favorece un sueño reparador y crea un momento especial entre padres e hijo.

Masajea al bebé para calmarlo antes de acostarlo

Cómodamente sentado en un colchón firme o en un cambiador cubierto con un pañal, tumba al bebé boca abajo y, a continuación, coloca las manos en la parte superior de la espalda del niño y ve bajándolas una a una para tocarle la piel como harías con una pluma. Este suave masaje puede realizarse con las manos desnudas, sin necesidad de aceite ni crema.

Cuando el bebé esté boca arriba, puedes masajearle el cuero cabelludo con movimientos lentos y circulares, como si le estuvieras lavando con champú, muy suavemente. A continuación, puede continuar el masaje bajando hacia la cara, haciendo pequeños círculos en la frente, las mejillas y las sienes.

Para terminar el masaje, puedes colocar las manos de modo que envuelvan completamente la cabeza del bebé y dejarlas en su sitio sin moverlas para transmitirle un calor relajante. Esta tranquilizadora sensación de calma le ayudará a conciliar el sueño más fácilmente y a disfrutar de un sueño más tranquilo.

Un truco de reflexología para ayudar al bebé a conciliar el sueño

Y lo que es más sorprendente, existe un punto de reflexología que facilita que el bebé se duerma, que se encuentra en el dedo gordo del pie. Basta con masajear el dedo gordo en círculos desde el exterior del pie hacia los demás dedos. Puedes terminar este masaje masajeando el borde interior del pie, ya que los puntos de esta línea corresponden a la columna vertebral y estimularlos ayuda a relajar todo el cuerpo.