En la época de nuestras abuelas, cuando un bebé lloraba, se decía "¡déjalo llorar, tiene que hacer sus pulmones! ». Afortunadamente, hoy en día la mentalidad de las madres ha evolucionado y no dejamos que los bebés lloren en su cama sin reaccionar. Pero por todo ello, no siempre sabemos qué hacer para calmarlos.

En primer lugar, debes saber que antes de que pueda hablar, el llanto es la única forma que tiene el bebé de expresarse. Primero hay que comprobar que no está enfermo (fiebre, dolor de muelas, cólicos...) sobre todo si llora de forma diferente a la habitual.

Aunque tu bebé no esté enfermo, puede tener algunos motivos para llorar: puede tener hambre, frío o demasiado calor, el pañal puede estar sucio, puede estar aburrido en su hamaca, puede necesitar mamar, puede estar ansioso y necesitar consuelo...

En cualquier caso, debes prestarle atención e intentar calmar sus llantos. Puedes probar una de las siguientes soluciones:

- Pon algo de música, a algunos bebés les gusta la música clásica, a otros "New York New York", prueba con diferentes estilos, seguro que encuentras una melodía que le calme, o cántale una nana, es algo tan antiguo como el tiempo pero funciona.

- Masajéalo, a los bebés les encanta que los masajeen (¡a las mamás también!). Instala al bebé cómodamente en un pañal y masajéale con un aceite natural, este masaje le dará una sensación de bienestar y alivio. Un masaje en el vientre también es muy eficaz contra los cólicos.

- Da un paseo por el barrio en un cochecito o lleva a tu bebé en una mochila portabebés mientras sigues con tus actividades.

Dale un baño, ya que el agua suele ayudar a los bebés a relajarse y a recuperar las sensaciones que tenían en el útero.

Si, a pesar de todos estos intentos, sigues sin poder calmar a tu hijo, probablemente sea porque necesita llorar para liberar la tensión acumulada durante el día. ¿Alguna vez has tenido ganas de gritar para liberar tu estrés?