En verano, cuando suben las temperaturas y hace mucho calor, los bebés pueden tener problemas para conciliar el sueño y estar inquietos. Luego llega septiembre y todo vuelve a la normalidad hasta que, por desgracia, llega el otoño con sus virus y sus "olas de frío". ¿Qué hacer si tu bebé está resfriado y no puede dormir?

Aquí tienes algunos consejos para ayudarles a dormir bien aunque tengan la nariz tapada o estén de mal humor.

La obstrucción nasal en los recién nacidos: ¡una causa de despertares nocturnos!

¿Sabías que hasta los seis meses los bebés no pueden respirar por la boca? Esto se debe a que su sistema respiratorio aún no está desarrollado. Hasta los dos años, los bebés respiran principalmente por la nariz.
Por ello, es importante mantener la nariz despejada para que puedan respirar sin dificultad. Sin embargo, es normal que los bebés tengan a veces congestión nasal debido a los resfriados y la gripe, así como a cualquier infección de las vías respiratorias superiores. La nariz tapada también puede ser causada por una atmósfera seca en la habitación debido a la calefacción

¿Cómo se lava la nariz del bebé?

El objetivo de la limpieza nasal es promover una buena ventilación nasal para una mejor respiración. Además, evitarás la acumulación de mucosidad y el desarrollo de otras afecciones como infecciones de oído o sinusitis. Para ello, se recomienda utilizar productos naturales como la solución salina o el agua de mar. El suero salino no es un medicamento, por lo que puede utilizarlo tantas veces como sea necesario. El agua de mar tiene diferentes concentraciones de cloruro de sodio. Tras someterse a procesos de purificación y esterilización, el agua conserva todos sus minerales y oligoelementos para descongestionar naturalmente la mucosa nasal.

En primer lugar, pon al bebé de lado en el cambiador. Intenta que el bebé esté cómodo y relajado. Antes de empezar a lavar, dale a tu bebé un pequeño masaje o un abrazo. Es importante que se quede quieto, así que si le resulta difícil, pida ayuda a otra persona. Aplicar solución salina en la fosa nasal superior. Una parte de las secreciones será expulsada. A continuación, repita los mismos pasos con la otra fosa nasal.

El mejor momento para realizar lavados nasales es cuando el niño está tranquilo, por ejemplo, después del baño o justo antes de acostarse. Para que tu hijo se sienta mejor, puedes repetirlo varias veces al día.

Respirar mejor significa volver a descansar

Durante la noche, para evitar que las secreciones nasales caigan por la garganta y hagan toser a tu hijo, levanta la parte superior del colchón. Sin embargo, esto no significa utilizar una almohada o una toalla enrollada bajo el colchón.

Para ello, el mejor aliado es el talud, ya que ha sido especialmente diseñado para la comodidad y seguridad de los niños pequeños. con este accesorio, la parte superior del cuerpo se inclina unos 15°, lo que es suficiente para respirar mejor en caso de resfriado y para limitar la regurgitación después de la alimentación.

Al igual que es importante elegir una buena cama o colchón, también lo es una superficie de descanso. Todas las tablas reclinables de Kadolis están hechas de TENCEL™, un material naturalmente antibacteriano que no requiere tratamiento químico.

Asegúrate de que el aire de la habitación no esté demasiado seco. En efecto, cuando la calefacción está encendida, el aire es a veces demasiado seco, la respiración se hace difícil y hay que toser. Para evitarlo, puedes poner un recipiente con agua sobre el radiador, siempre que no sea un radiador eléctrico También puedes colgar una toalla o paño húmedo en la habitación para humedecer el ambiente. Recuerda mantener a tu hijo hidratado, especialmente si tiene fiebre. A veces es necesario beber durante la noche, un niño con fiebre se deshidrata muy rápidamente, por lo que es muy importante hacerle beber regularmente.

Un bebé resfriado necesita mimos y sueño

No hagas que tu hijo duerma en tu cama Sabemos que tu instinto protector es cuidar de tu hijo toda la noche, pero es fundamental evitar la propagación de gérmenes por la casa. No te preocupes, tu bebé estará mucho más cómodo en su propia cama. Entrar en su habitación cuando te necesita es lo mejor que puedes hacer.

Cuando tu bebé está resfriado, su estado de ánimo cambia. Debido a esto, a menudo se vuelve más cariñoso y busca más afecto. Aprovecha para darle un buen masaje, abrazarle un rato antes de acostarle o alargar la hora del baño. Utiliza ropa de cama transpirable y un saco de dormir de Algodón Orgánico para que tu bebé regule su temperatura y descanse correctamente.

El descanso es uno de los pilares fundamentales del crecimiento saludable de un niño. Mientras su cuerpo lucha contra los virus, necesita un sueño lo más reparador posible. Por eso, con estos consejos puedes ayudar a reducir los síntomas y mejorar el ambiente de la habitación para que se recupere lo antes posible.