Los bebés prematuros son, al principio de sus vidas, más frágiles que los bebés nacidos a término, y no deben ser sobreprotegidos, pero se debe tener cuidado de asegurar una buena calidad de sueño y de protegerlos contra infecciones externas porque sus defensas inmunológicas son más débiles.

Para cuidar de un bebé prematuro, no es necesario higienizar todo el entorno, pero se deben adoptar medidas de higiene sencillas, como lavarse las manos regularmente antes y después de cuidar a su hijo, garantizar un entorno saludable ventilando regularmente su habitación y su sala de estar, y cambiarse y lavar la ropa, los baberos y la ropa de cama con regularidad.

Para un bebé prematuro, las reglas de uso de la guardería son aún más ciertas, por lo que es esencial respetar los siguientes consejos:

Opte por un colchón de materiales naturales garantizados sin ningún tipo de tratamiento químico

Elija ropa de cama (sábanas y sábanas bajeras) de Algodón Orgánico, Tencel o bambú, que son materiales ultra suaves y ayudan a limitar la proliferación de bacterias y ácaros del polvo.

Asegurar un buen calor corporal con un saco de dormir adaptado a la talla del bebé, elegir un saco de dormir prematuro para no perderse en un saco de dormir convencional de 0 a 6 meses, elegirlo en material natural para evitar cualquier riesgo de reacción alérgica y transpiración excesiva, materiales como el Tencel mantienen al bebé caliente y ligero para no obstaculizar sus movimientos, un edredón sería peligroso, por un lado por el riesgo de asfixia, por otro lado porque sería demasiado pesado y sudor excesivo.

No sobrecalentar la habitación, la temperatura debe estar entre 18° y 20°.

No sobrecargue la cama de peluche, sólo uno puede dormir con ella: ¡su peluche!

Mantenga a los animales alejados del bebé y evite dormir en la habitación del niño a toda costa.

¡No fumes en la casa!