Un bebé tranquilo y feliz que duerme bien es lo que todos los padres sueñan Y, en contra de lo que dicen algunos, los bebés no duermen en cualquier sitio Necesitan un entorno tranquilo en el que se sientan tranquilos para poder disfrutar de un sueño de calidad. Para que tengas las mayores posibilidades de éxito, aquí tienes algunos consejos sobre cómo diseñar la habitación de tu bebé.

El mejor lugar para que el bebé duerma: ¡su propia habitación!

En primer lugar, lo ideal es que el bebé esté solo en su habitación (cuando la configuración de tu casa lo permita, claro...). La habitación del bebé debe ser su propio espacio, así que no guardes en ella los juguetes de otros niños ni tus propias cosas, ¡mantenla limpia!

En función del espacio del que dispongas, intenta organizar la habitación de forma que sea fácil moverse por ella. Recuerda que durante las primeras semanas tendrás que entrar varias veces cada noche. Debe haber facilidad de movimiento alrededor de la cama, una zona cómoda para dar el pecho o el biberón y un cambiador sobre una cómoda si la habitación está lejos del baño. Coloca una lámpara con luz suave para que no te deslumbre en mitad de la noche.

Si es posible, la cama no debe colocarse detrás de la puerta, para que el bebé pueda ver quién entra en la habitación, incluso desde muy pequeño. Dormir detrás de una puerta puede provocar un estrés que puede perturbar el sueño, esto es cierto para los niños pero también para los adultos

La temperatura de la habitación no debe superar los 19°, en invierno no sobrecalentar la habitación y en verano ventilar al máximo cuando hace fresco y cerrar las persianas durante el día. Si la temperatura supera los 22°, descubre al bebé eligiendo un pijama ligero y un saco de dormir de verano. Sea cual sea la época del año, no olvides ventilar la habitación todos los días.

La mejor cama para el bebé

En cuanto al sueño, la mejor posición es, por supuesto, boca arriba, desde el nacimiento hasta el primer año de edad. Elige una cama con barrotes, que es ideal para la circulación del aire y permite al bebé ver a través de ella, para que no se sienta encerrado o aislado.

Asegúrate también de no amontonar juguetes y peluches en la cama de tu bebé, ¡sólo el peluche puede dormir con él!

No se recomiendan las camas Tipi antes de los 18 meses de edad. Sin embargo, después de esta edad, pueden ser una buena solución para que los niños adquieran cierto grado de independencia. En efecto, la cama colocada en el suelo les permite acostarse y levantarse fácilmente por sí mismos. Además, las camas Tipi se pueden personalizar y decorar para crear una zona de descanso lúdica.

Si quieres decorar la habitación con un móvil, no lo coloques directamente sobre la cabeza de tu hijo, sino sobre sus pies.

Para el colchón, los pediatras recomiendan uno de densidad semidura para un buen soporte. Asegúrate de que está perfectamente adaptado al tamaño de la cama para que no haya ningún hueco entre el colchón y la estructura de la cama. Elige colchones fabricados con materiales naturales, garantizando que no están tratados químicamente, para proporcionar un sueño más saludable y sin la liberación de productos perjudiciales para la salud del bebé.

Espere a que su hijo tenga más de 18 meses para utilizar un edredón y una almohada. Para los niños pequeños, elige una sábana bajera de material natural y un saco de dormir que mantenga el cuerpo del bebé caliente y le permita moverse libremente, aunque se mueva mucho durante el sueño, para que no se descubra ni se despierte por el frío.

Para ayudar a tu bebé a conciliar el sueño, es importante que le acostumbres a dormir en la oscuridad. Si a veces le da miedo la oscuridad (a menudo alrededor de los 8-9 meses), opta por una pequeña luz nocturna, pero nunca dejes la luz encendida.

Siguiendo estos consejos crearás un pequeño y acogedor capullo para tu hijo y un ambiente propicio para un sueño reparador.