Tienes la impresión de que al caer la noche tu hijo está cada vez más excitado. De hecho, la mayoría de los bebés están más excitados por la noche. Cuanto más se acerca la hora de acostarse, más se excita, más te estresas y lo único que tienes en mente es: ¡mi hijo nova a dormir nunca!

¡Para! He aquí algunos consejos que ayudarán a los niños (y a los padres) a pasar una noche zen.

Lo ideal es que, si tienes la oportunidad, fomentes las actividades al aire libre: montar en bicicleta, volar en globo, jugar al escondite en el jardín, y luego, al llegar a casa, orientar a tu hijo hacia una actividad tranquila como el dibujo o la lectura. Pero, sobre todo, evita la televisión (¡tan práctica mientras se prepara la cena!), frente a la cual los niños son totalmente pasivos y deben liberar su energía en cuanto se apaga el botón...

Intenta crear un ambiente relajante en casa, es decir, un ambiente tranquilo, sin estrés, sin gritos, aunque no siempre es fácil después de un día de trabajo y con varios niños, vale la pena intentarlo, ¡verás que todos ganan! Ponga música suave, difunda aceites esenciales relajantes y beba una infusión calmante (¡algunas también son adecuadas para los niños!)

Detecta los primeros signos de cansancio: bosteza, tiene los ojos rojos, coge la peluche, ¡es hora de irse a la cama! No tiene sentido esperar sólo porque no es el momento, entonces será demasiado tarde.

No olvides el famoso ritual de la hora de dormir: mimos, cuento, besos, besos a los peluches, y ya está, ¡el bebé está listo para dormir bien!